
En qué creemos
Estas son algunas doctrinas de la fe cristiana y principios no negociables en los que creemos:
Tres en Uno es. Existen en comunión íntima entre sí mismos con la misma autoridad sobre todas las cosas. El único Dios verdadero se ha revelado a sí mismo como el "YO SOY" auto-revelado y eternamente auto-existente, y se ha revelado a sí mismo como encarnando los principios de relación y asociación, al existir simultáneamente como Padre, Hijo y Espíritu Santo (Deuteronomio 4.1-2; 6, Marcos 12:29; Isaías 43:10, 11; Mateo 28:19, 2 Timoteo 3:15-17; 1 Pedro 1, Hebreos 4:12, Salmos 119.11, Juan 5.39).
Todo ser humano ha pecado y está destituido de la presencia de Dios. Su propio pecado lo condena y su destino es muerte eterna en el infierno. La humanidad fue creada buena y recta, porque Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. La humanidad, por transgresión voluntaria, cayó, y su única esperanza de redención está en Jesucristo, el Hijo de Dios (Génesis 1:26-31; 3:17; Romanos 5:12-21, Salmos 51.5, Romanos 3.10; 5.8).
Por medio del sacrificio de Jesucristo en la cruz y a través de la sangre inocente del Hijo, obtenemos perdón de nuestros pecados y somos salvos por gracia mediante la fe en Jesús. La Gracia de Dios, que trae salvación, se ha manifestado a todos los hombres y mujeres, mediante la predicación del arrepentimiento hacia Dios y de la fe en el Señor Jesucristo (Isaías 1.18, Mateo 1.21, Efesios 2.8-10).
El bautismo en el Espíritu Santo. Con él viene la plenitud del poder para la vida y el servicio, y la concesión de los dones y sus usos en la obra del ministerio (Lucas 24:49; Hechos 1:4-8; 1 Corintios 12:1-31). Esta experiencia puede ser distinta y posterior a la experiencia del Nuevo Nacimiento (Hechos 2:38; 10:44-46; 11:14-16; 15:7-9).
La Iglesia es una comunidad de personas transformadas por el Espíritu Santo que confiesan a Jesucristo como su Salvador. En obediencia a la Palabra de Dios, se reúnen bajo un liderazgo calificado para recibir enseñanza, ser instruidos y exhortados a buscar la madurez, adorar a Dios y tener comunión el uno con el otro. Asimismo cumplen con las ordenanzas bíblicas del bautismo y la cena del Señor. Son unidos, determinados y llenos del Espíritu Santo con el propósito de cumplir el gran mandamiento y la gran comisión para la Gloria de Dios. Es el Cuerpo de Cristo, la habitación de Dios por medio del Espíritu, con designaciones divinas para el cumplimiento de su gran comisión. Cada creyente es una parte integral de la iglesia, y sus nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero (Mateo 16.18-19, Efesios 1.22-23, Apocalipsis 21.2-3, I Tes. 2:4).
Dios inmutablemente crea a cada persona como hombre o mujer. Estos dos géneros distintos y complementarios juntos reflejan la imagen y la naturaleza de Dios (Génesis 1:26-28). El término 'matrimonio' tiene un solo significado; la unión de un hombre y una mujer en una unión única y exclusiva, como se describe en las Escrituras (Génesis 2:18-25). Dios tiene la intención de que la intimidad sexual ocurra solo entre un hombre y una mujer que están casados entre sí (I Corintios 6:18, 7:2-5, Hebreos 13:4). Dios ha ordenado que no se realice ninguna actividad sexual íntima fuera del matrimonio. A cada persona se le debe mostrar compasión, amor, amabilidad, respeto y dignidad (Marcos 12:28-31, Lucas 6:31). Las conductas o actitudes de odio y/o acoso dirigidas hacia CUALQUIER individuo deben repudiarse y no están de acuerdo con las Escrituras o las doctrinas de Iglesia Crece.